¿Puede Europa sobrevivir?
El último acto formal de la desintegración europea fue la reciente negociación entre los 28 líderes europeos y el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoğlu.
El último acto formal de la desintegración europea fue la reciente negociación entre los 28 líderes europeos y el primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoğlu.
Todos somos testigos de la lenta agonía del sueño de la integración europea, sin una sola manifestación en cualquier lugar, entre sus 508 millones de ciudadanos. Está claro que las instituciones europeas atraviesan una crisis existencial. Sin embargo, el debate se ha limitado al nivel intergubernamental.
Los ricos y los poderosos que se encuentran cada año en el Foro Económico Mundial (FEM), en esta ocasión se reunieron en un estado de ánimo sombrío. No sólo porque el día que se encontraron cerca de U$ 8 billones desaparecieron de los mercados mundiales de renta variable por una “corrección”, sino también porque ningún líder podía estar de excelente estado de ánimo.
En este momento, todos deseamos “un año muy bueno”. Mientras que el deseo es siempre algo positivo, también debemos darnos cuenta de que no podemos esperar demasiado del nuevo año que llega. Está cargado de tantas desventajas, que debemos tener mucha compasión por él … Él es parte de un círculo negativo que se inició con la crisis financiera de 2008, y que probablemente concluirá en 2017, un año catártico con elecciones en varios países claves y otros nombramientoscruciales que podrían abrir un nuevo ciclo. A menos que una victoria republicana en las elecciones americanas anticipe una crisis de gobernanza global más rápida…
En pocos días, París envió al mundo dos lecciones fundamentales sobre la democracia y el clima, que los medios han tratado como temas separados, pese a que en realidad, no podemos seguir ignorando el común denominador que vincula los dos temas: la democracia está en decadencia. Si bien todos los medios de comunicación han informado
El abatimiento esta semana de un avión ruso por parte de Turquía cerca de la frontera siria complicará aún más la confusión que rodea Siria. Putin ha llamado Turquía “cómplice de los terroristas”, y ha denunciado que el petróleo extraído por el ISIS, vital para sus finanzas, es vendido a través de Turquía. Este era un secreto a cuatro voces, al igual que el secreto que todos conocen, que Arabia Saudita y Qatar en realidad financian el terrorismo sunita.
El congreso estadounidense, bajo el valeroso liderazgo de los republicanos, ha vetado la entrada en los EE.UU. de refugiados sirios, incluidos niños y mujeres, contrariando la intención del presidente Barack Obama de aceptar 10.000 sirios, una cantidad simbólica en un país que recibe más de 50.000 refugiados cada año. Alemania por su parte, va a aceptar al menos 800.000 sirios.
En estos días, todos los medios condenan unánimemente la masacre de París, exhortan a la unidad de Occidente y a intensificar la acción militar contra el ISIS. Pero, ¿no habría que resolver el problema del terrorismo? ¿No será también tiempo de reflexionar sobre las responsabilidades de Occidente en el aumento del terrorismo?
El triunfo del Partido Popular Suizo / Unión Democrática del Centro (SVP/UDC), de derecha xenófoba y anti UE en las elecciones helvéticas, pese a que Suiza no es miembro de la UE, merece una serie de reflexiones. Hace setenta años, Europa emergía agotada y destruida de una guerra terrible. Esto produjo una generación de estadistas, que inició la creación de una integración europea con el propósito de la repetición de los conflictos internos que causaron dos guerras mundiales.
El último estudio global realizado por la Encuesta Mundial de Valores sobre la solidez de la democracia en 2015 arroja datos sumamente preocupantes. No obstante, ha sido totalmente ignorada, excepto por el New York Times, que publicó un informe especial. Según la autorizada institución, que cuenta con gran prestigio en el seno de las Naciones Unidas, en Estados Unidos, el número de ciudadanos que aprueban la ley que legaliza la tenencia de armas, ha pasado de uno cada 15 en 1995, a uno cada seis en 2015.